martes, 20 de mayo de 2014

HOMENAJE AL DISTINGUIDO JURISTA DE PARAGUAY, DON JORGE DARÍO CRISTALDO MONTANER

Desde Chile,   www.Derechoaldia.cl  se honra en compartir el vídeo en que se contiene el emotivo homenaje, gracias al aporte del Dr. Robert Marcial González, Secretario General del Capítulo Paraguay del Instituto de Derecho Procesal y Vicepresidente de la Asociación de Abogados Laboralistas de Paraguay.

La ceremonia se efectuó el pasado 06 de mayo en el Aula Magna de la Universidad Católica de Nuestra Señora de La Asunción y corresponde a la expresión de reconocimiento del Capítulo Paraguay del Instituto Panamericano de Derecho Procesal, la Universidad Católica de Asunción y el Colegio de Abogados de Paraguay.

Para ello, como se dice en el homenaje, se tuvo en consideración su trayectoria profesional, compromiso docente, testimonio de vida, cualidades humanas y profesionales y su compromiso con el desarrollo de la cultura jurídica de Paraguay.

Cualidades que ornamenta el distinguido Dr. Cristaldo con su proverbial sencillez y cercanía, de la que podemos dar testimonio personal, por tener el privilegio de conocerlo y haber sido recipendiarios de su afecto y sapiencia.

LES INVITAMOS A VER EL VÍDEO SIGUIENDO ÉSTE LINK


 

 

viernes, 9 de mayo de 2014

Discurso del Dr. Jorge Cristaldo Montaner, en ocasión del acto de reconocimiento otorgado por la Comisión Directiva del Instituto Panamericano de Derecho Procesal- Capítulo Paraguay, el 6 de mayo del corriente año

Me permito aprovechar la ocasión para exponer ante el auditorio  algunas experiencias y fracasos, en el ejercicio continuado de 52 años como profesional abogado, casi exclusivamente en el ámbito de los derechos sociales, y más específicamente del derecho laboral, procesal laboral y la seguridad social, flamante Vicepresidente de la Asociación de Abogados Laboralistas.

A esta altura de la existencia, quien más quien menos, lleva sobre sí la desilusión de un gran fracaso; fracaso que a su vez, revela el pico más alto de un gran sueño aún no realizado. La medida de un gran fracaso pone de manifiesto la dimensión existencial de cada ser humano.

En cambio, los sueños pequeños que se realizan, con el correr del tiempo se van borrando, porque casi siempre los pequeños fracasos se compensan con éxitos también pequeños.  En este caso, el debe y haber de la existencia se mantiene en cero, es decir, esa existencia es improductiva, porque el esfuerzo se ha concentrado en su propia inercia.

Por eso considero preferible un gran fracaso a los éxitos pequeños. Quien fracasa no está vencido. Es vencido quien cree serlo. El fracaso mantiene viva la esperanza; en el vencido la esperanza está muerta. Quien no ha logrado todavía realizar su gran sueño, se mantiene activo a pesar de los años, se cuestiona, se rebela ante la adversidad. El gran fracaso dá vida, genera nuevas energías: espirituales, mentales, emocionales y físicas;  por lo menos, la energía suficiente para sobrevivir y continuar luchando por una utopía, por una quimera. Cuando un sueño es auténticamente importante, queda incólume a pesar de los fracasos.

Al recibirme de abogado el 27 de marzo de 1962, el 1 de abril de ese año, se puso en vigencia el Código del Trabajo y el Código
Procesal del Trabajo, con la creación de un juzgado de primera instancia y una sala del Tribunal del Trabajo, ambos órganos del Poder Judicial, con competencia exclusiva en materia laboral y previsional, y con competencia territorial en toda la república. Al ser contratado como asesor jurídico rentado por la Confederación Cristiana de Trabajadores, en mayo de 1962, mi suerte quedó echada: me convertí en abogado laboralista asesor y litigante; además, al ganar un concurso público para el cargo de profesor asistente de Derecho del Trabajo en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Asunción, en 1964, mi vocación por esa rama del Derecho se consolidó, pues el presidente de la Comisión fue el eminente maestro Dr. Luis Patricio Frescura y Candia, autor de los anteproyectos de Código del Trabajo y Código Procesal del Trabajo. Al obtener el doctorado en Derecho y Ciencias Sociales  en 1968, con una tesis sobre el tema: “Aspectos de la libertad sindical”, asumí sin duda alguna que la Divina Providencia me había encomendado luchar por hacer realidad un gran sueño: promover las condiciones de vida y de trabajo de todos los varones y mujeres de mi país, mediante la aplicación de las normas y principios del derecho laboral, procesal laboral y la seguridad social. Es lo que la OIT propuso como paradigma en 1998, con la denominación de Trabajo Decente, aunque como cristiano prefiero el significante Trabajo Digno, porque el trabajo no dignifica al ser humano, es el ser humano quien transmite su esencial dignidad al trabajo que realiza, si se trata de una actividad moral y jurídicamente lícita.

Hacer realidad esa utopía lo intenté por dos vías: la política y la abogacía; ésta última a través de: la docencia universitaria, la elaboración de la doctrina científica y la práctica profesional.

La vía política mediante mi militancia en el Partido Demócrata Cristiano, desde su fundación en 1960. A pesar del logro de pequeños éxitos personales como miembro de la Junta Nacional, reconozco que el sufrimiento de tantos correligionarios compatriotas durante la dictadura stronista, significó hasta ahora
un gran fracaso respecto a los objetivos ideológicos y programáticos, salvo el de haber sido un testigo calificado en la caída del tirano en 1989, cuando ocupaba la presidencia de la Democracia Cristiana; y el haber colaborado exitosamente en las elecciones generales del 2008, en la primera alternancia democrática que tuvo el Paraguay. En relación con mi vocación existencial profesional, me cupo la oportunidad de redactar el Proyecto de constitución nacional presentado por el Partido Demócrata Cristiano en la Convención Nacional Constituyente reunida en 1992; gran parte de los textos programáticos allí contenidos, sobre derechos sociales, laborales y previsionales, están receptados en la constitución vigente.

La militancia partidaria me enseñó que la práctica política en nuestro país, todavía se caracteriza por ser: irracional, inmoral, sensual y estomacal; el nuestro es un pueblo mayoritariamente temeroso de la libertad, sin experiencia cívica democrática, tal vez a causa de que durante largos períodos de su historia, tuvo que soportar estoicamente los rigores y los terrores de dictaduras  como las de Rodríguez de Francia, los López, Morínigo y Stroessner.

El Paraguay, con la derrota de 1870, dejó de ser un país soberano y autosuficiente; desde entonces el modelo de estado-nación es una ilusión; el militarismo, el estatismo, el populismo y el nacionalismo son lacras que debemos superar, si deseamos el bien común de la sociedad política, y el mejoramiento del nivel de vida del 80% de la población económicamente activa. Soy un convencido de que la única vía digna y eficaz de romper las cadenas de nuestra mediterraneidad geográfica, es acelerando, profundizando, fortaleciendo, extendiendo y consolidando los procesos de integración política, económica, social y cultural de Sudamérica.

A partir de mi experiencia como profesional del Derecho, he constatado que la desocupación, la subocupación y la informalidad
laboral y previsional, son fenómenos sociales que se extienden en el planeta como una marea negra, por las causas ideológicas estructurales y coyunturales de todos conocidas; esa realidad se vuelve ahora ya incontrolable por un hecho que muchos no detectan: la China comunista se ha convertido en poco tiempo en la gran fábrica del planeta, porque el régimen chino transformó a ese país en el paraíso del capitalismo salvaje, mediante la prolija aplicación de las recetas neoliberales más ortodoxas. La relocalización de centenares de miles de empresas, atraídas por los bajos salarios, las condiciones laborales hiposuficientes, la informalidad laboral; la inexistencia de sindicatos libres, la prohibición de negociación colectiva fuera del control del partido comunista, y la criminalización de la huelga, son factores imposibles de combatir eficazmente, a pesar de tímidos esfuerzos de Naciones Unidas, la OMC, la OIT y algunas ONGs internacionales.

Como ya proponía Emmanuel Kant hace más de dos siglos, solo un gobierno mundial puede enfrentar los problemas globales, que son, entre otros, la degradación medioambiental, el terrorismo, el armamentismo; aunque para mí son urgentes y prioritarias la situación degradante de las miles de millones de personas cuyas condiciones laborales y previsionales continúan siendo indignas en todo el planeta, desde la perspectiva del pensamiento social cristiano.

Sobre la experiencia y el fracaso se escribieron muchas cosas; según Oscar Wilde la experiencia es el nombre que todos dan a sus propios errores; sin embargo, Montaigne dijo que la experiencia nos enseña a vivir cuando nuestra vida ha pasado, y que cuando nos falta la razón, hacemos uso de la experiencia. Sobre el fracaso, Charles Dickens dijo: “Cada fracaso le enseña al hombre algo que necesitaba aprender”. Roosevelt dijo: “En la vida hay algo peor que el fracaso: el no haber intentado”. Schopenhauer escribió: “En la vejez se aprende mejor a esconder los fracasos; en la juventud, a soportarlos”. Pero me quedo con Saint-Exsupery: “El fracaso fortifica a los fuertes”.

En esta oportunidad quise compartir con Uds. mi más grande
sueño, a través de algunas experiencias y fracasos. Aunque no me considero vencido, porque si de algo me siento auténticamente dueño no es de la vida que vivo, es de mi sueño.

Agradezco a Goethe, quien escribió: “Amo a los que sueñan imposibles”. Al fin de la existencia las únicas cosas agradables serán las que soñamos, y las que aún no llegamos a hacer.


Gracias
Jorge Darío Cristaldo
As-6-05-2014


viernes, 2 de mayo de 2014

DÍA DEL TRABAJADOR

Jorge Darío Cristaldo Montaner,  Abogado, Dr. en Derecho                
Asociación de Abogados Laboralistas de Paraguay

1. Al analizar el tema desde cualquier enfoque, el más optimista observa y constata que no existe ninguna razón para serlo.
Entrado el siglo XXI, en Paraguay la situación de los trabajadores dependientes se aleja cada vez más del paradigma de trabajo decente, adoptado por la OIT en 1998. Me refiero sobre todo a los obreros y empleados del sector privado, porque los funcionarios del sector público, en todos los países- especialmente en Paraguay-, gozan de beneficios y ventajas laborales y previsionales relativamente privilegiados.
2. En Paraguay el 81% de los trabajadores dependientes está en situación de informalidad; es decir, con respecto a 8 trabajadores de cada 10, no se cumplen en mayor o menor grado con las normativas laborales y previsionales vigentes. Este desprecio por la situación del trabajo dependiente se originó en la colonia española, se mantuvo durante la dictadura de Rodríguez de Francia y de los López. La Constitución liberal de 1870 obvió los derechos sociales, los que recién aparecieron formalmente con la carta política de 1940 y la constitución de 1967. La constitución de 1992 es bastante avanzada en normas y principios de contenido social. Sin embargo, los poderes públicos no cumplen ni la hacen cumplir. A los políticos de todos los sectores, poco o nada les interesa la suerte de los trabajadores privados. Y las escasas voces autorizadas que se alzan en defensa de los trabajadores, como los de la Asociación de Abogados Laboralistas, claman en el desierto.
3. El Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo aún no aprobaron una ley ampliatoria del Presupuesto General de la Nación, para el sustento financiero de la organización y funcionamiento del recién creado “Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social”. Los cargos de ministro, viceministros, directores y funcionarios, no cuentan aún con previsión presupuestaria; es decir, técnicamente son inexistentes, por lo que resulta ridículo el reciente nombramiento de un ministro de trabajo, en contravención a claras normas legales administrativas y financieras vigentes.
4. En el infierno del Poder Judicial el fuero laboral, desde el 1º de abril de 1962, sigue siendo la cenicienta, por el escaso o nulo interés que le ha prestado la Corte Suprema. Existen designados 9 jueces de trabajo con competencia exclusiva en materia laboral, en todo el país. Solo existen dos tribunales del trabajo, con dos salas en la Capital y una en Alto Paraná. Los demás juzgados y tribunales son multifueros. En ninguno de los juzgados y tribunales especializados, tienen plena vigencia las normas del código procesal laboral, ni los principios generales del derecho procesal laboral. Menos aún en los juzgados y tribunales multifueros. Los procesos se eternizan: duran 4, 6, 8 y hasta más de 10 años. Esto es justicia pronta y barata?
5. Por su parte, el movimiento sindical fragmentando está anclado ideológica y estratégicamente en la primera mitad del siglo XX. El 26 de marzo último realizó una huelga general, donde lamentablemente la dirigencia sindical priorizó sus intereses personales y sus ansias de protagonismo político y mediático, postergándose una vez más necesidades insatisfechas urgentes, de los trabajadores del sector privado.
6. Para mayor desgracia, a nivel mundial la China Continental, mediante las reformas económicas adoptadas por el partido comunista, convirtieron a ese país en el paraíso del capitalismo salvaje; el lugar donde centenas de miles de empresarios privados, privilegiados por los comunistas chinos, desde hace más de tres décadas relocalizan sus establecimientos industriales y sus oficinas de servicios, aprovechándose de la informalidad y del bajo costo laboral y previsional de la mano de obra china.
Consecuencia del dumping social chino comunista, miles de millones de trabajadores en el resto del planeta quedan desocupados, semiocupados, o sufren la desregulación de las normas que consagran derechos sociales fundamentales; o simplemente las condiciones y medio ambientes de trabajo se deshumanizan por el incumplimiento patronal, convirtiéndose los principios y normas laborales en textos sin ninguna eficacia en la realidad.
7. Frente a esta cruda y deprimente realidad socioeconómica, constatada a nivel nacional y mundial, ¿alguien cree que aún queda resquicio para el optimismo en el Día de los Trabajadores?.

                                                           jdcm@consultronic.com.py